O sea, que ya he pasado la cuarentena. Hoy hace 40 días sin fumar, y estoy muy satisfecha, primero porque lo he conseguido, he conseguido llevar a cabo con éxito este proyecto de liberarme de una adicción, y, segundo, porque ya no voy a beneficiar a aquellos que disfrutaban y ganaban dinero gracias a mi sufrimiento, adicción y esclavitud al tabaco.
Mi tío Antonio, que murió hace ya algunos años, era fumador, y un día, siendo yo una niña, contó algo parecido, que no he olvidado. Dijo que había dejado de fumar porque no quería que nadie disfrutara de su malestar por las consecuencias que el tabaco dejaba en él. Y ya lo creo que dejó de fumar. Desde aquí un beso a mi tío Antonio que también era mi padrino y que ahora está en un lugar mejor.
Este blog NO está destinado a convencer a nadie. En absoluto que no. Está destinado a aquellos que les apetezca leerme, y a aquellos que estén pensando en dejar de fumar y quieren saber cómo es el día a día de una persona fumadora de más de un paquete diario, y con una trayectoria de fumadora de algo más de cuarenta años, que se dice pronto. Todo lo que estoy escribiendo en este Blog es cierto, todo. Y también quiero decir que dejar de fumar es posible. Es verdad que hay libros que hablan sobre dejar de fumar, y que dan muy buenos consejos. Pero yo quería escribir este Blog desde la perspectiva de una fumadora que deja de fumar. Una mujer corriente, de Madrid, con 55 años y toda una vida por delante.
Y, por último, quiero decir que si ahora fumara un cigarro, dentro de una hora o de dos horas, me apetecería fumar otro cigarro. Sin embargo, si ahora me apetece fumar pero no fumo, en unos minutos se me han pasado las ganas, y tal vez dentro de 6 ó 7 horas, por unos instantes, sienta la necesidad de fumar, necesidad que sin coger un cigarro, se me pasará en unos instantes.
Un abrazo, y gracias por leerme.
